martes, 8 de noviembre de 2011

Hipnosis

Aparece en un sueño el Dr. Smith: un analista al que fui mucho tiempo. Me pregunta si quiero que me hipnotice. Le digo que si, que probemos. Me mira a los ojos muy cerca. Yo quiero entregarme al hipnotismo, quiero ser hipnotizada.

Siento un dolor muy muy fuerte en la panza. Mucho dolor. Un poco arriba un poco abajo.

Después de ése dolor ya estoy hipnotizada. Me doy cuenta y el Dr. Smith me lo confirma: ya está, ya pasaste.

Estoy expectante a ver qué me va a ocurrir en este estado y lo que pasa es simplemente que al estar hipnotizada no me importan las ridiculeces que me importan sin estar hipnotizada. La vida es linda. Veo todo claro. Se ordena todo armónicamente. Y por supuesto: no hay dolor.

Pero hay que volver y me da miedo pasar otra vez por ése dolor. Por ese pasaje. El Dr. Smith me dice que va a doler menos volver.

Vuelvo y duele menos el tránsito. Incluso la vida sigue siendo la belleza que era mientras estuve hipnotizada. No me importa nada. Simplemente soy feliz. Mientras me voy despertando dudo si habré estado hipnotizada o no. Y mientras voy despertando del hipnotismo despierto también del sueño.

2 comentarios:

  1. ¿Casi como el hombre que soñaba ser mariposa o la mariposa que soñaba ser hombre? ¡mira que tienes sueños raros!!! Pero lo bueno es que te despertaste con esa sensación de ser feliz :)

    ResponderEliminar
  2. Si! Feliz simplemente porqué si! Lo mejor de todo!
    Mis sueños son raros, si. Por eso los escribo!
    Saludos Ana Laura!

    ResponderEliminar