Primer parte
Las paredes de mi departamento que dan al pasillo del edificio tienen una guarda calada de algo más de medio metro. Queda muy lindo, pero un vecino (uno especialmente) pasa y mira como jugamos mi hijo y yo, mi marido, mi hijo y yo y como charlamos mi marido y yo. Yo me quedo tranquila porque está mi marido.
Las paredes de mi departamento que dan al pasillo del edificio tienen una guarda calada de algo más de medio metro. Queda muy lindo, pero un vecino (uno especialmente) pasa y mira como jugamos mi hijo y yo, mi marido, mi hijo y yo y como charlamos mi marido y yo. Yo me quedo tranquila porque está mi marido.
Segunda parte
Mi marido, mi hijo y yo volvemos al edificio y nos encontramos con todos los copropietarios en el hall de abajo vestidos de negro. Cruces fuxias de neón que cuelgan de los espejos. Coronas de flores dispuestas en la puerta del ascensor.
Una de mis vecinas, una señora de cincuentipico, está con anteojos negros, muy acongojada muy acompañada por su marido.
Le pregunto a ella quien se murió, qué pasó. Me dice: “nadie nadie, no pasó nada”. Un poco como diciendo, a vos no te importa, no lo/a conocías, no es un tema tuyo.
Mi marido, mi hijo y yo volvemos al edificio y nos encontramos con todos los copropietarios en el hall de abajo vestidos de negro. Cruces fuxias de neón que cuelgan de los espejos. Coronas de flores dispuestas en la puerta del ascensor.
Una de mis vecinas, una señora de cincuentipico, está con anteojos negros, muy acongojada muy acompañada por su marido.
Le pregunto a ella quien se murió, qué pasó. Me dice: “nadie nadie, no pasó nada”. Un poco como diciendo, a vos no te importa, no lo/a conocías, no es un tema tuyo.
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